Felicidad y salud

Felicidad y salud  En el ámbito cultural, la salud está tan relacionada con la felicidad que no se puede tener a la última sin la primera. Sin embargo, los individuos, después de realizar sus labores cotidianas, buscan rutinas diferentes en un intento de salir de la intensa vida en que se encuentran sumergidos. 

Incluso, muchos especialistas han supuesto que el hombre no puede evitar esa búsqueda de la felicidad, pues de otra forma no podría mantenerse psicológica y somáticamente equilibrado.

Según los especialistas, esta verdad demuestra la incapacidad de las personas para funcionar como robots y, que su psiquismo es mucho más rico y complejo de lo que se había pensado.

La emoción

Emoción es una palabra que en el argot popular significa ajetreo. Esto señala una característica de distintos y, a veces contradictorios, estados emocionales. Melancolía, extrañeza, felicidad, infelicidad, ansiedad, entre otros, son comportamientos del estado de calma habitual del organismo.

Ante la provocación de un estímulo de intensidad suficiente, los individuos actúan por intermedio de una réplica universal que se manifiesta tanto en el plano somático como en el psíquico.

Las alteraciones somáticas (gestos exteriores a cambios internos) son de muy variada naturaleza. Según los especialistas “las modificaciones internas son de índole psíquica y se traducen en estados subjetivos que se experimentan a través de sensaciones. La separación entre psique y soma viene dada por la falta de conocimientos que el individuo tiene sobre los mecanismos que deben darse en el cerebro”.

Sin embargo “aunque llegaran a descubrirse, el conducto regular en la investigación psicológica tiene una especificidad de objeto (el cómo y por qué una determinada persona manifiesta determinada conducta) que no se interpone sino que se perfecciona con las consecuencias derivadas de la investigación neurológica, bioquímica e incluso física”.

Felicidad e infelicidad

La felicidad es la reacción siguiente a la satisfacción de una necesidad o a la obtención de un objetivo propuesto.

Los especialistas en la materia como Sigmund Freud y el ilustre neuropatólogo Charcot coincidieron en qué: "La felicidad es primaria, cuando resulta de satisfacer una necesidad fisiológica, o secundaria cuando se satisface de una necesidad material. Las fuentes de felicidad son muy diferentes en las distintas épocas de la vida, pero, desde que la persona lo experimenta por primera vez, su búsqueda es el motivo principal que impulsa toda la conducta humana en sus varias manifestaciones".

La infelicidad es la primera determinación de aquella excitación que posee el ser humano en situaciones repugnantes.

La felicidad e infelicidad se encuentran en el comienzo de los prejuicios y actitudes; las nuevas situaciones, parecidas a otras a las que se encuentran asociadas a sensaciones placenteras, tenderán a ser juzgadas positivamente, al contrario de aquellas que se presentan acompañadas de experiencias displacenteras. Esto constituye, al mismo tiempo, una prueba más del principio de economía que rige el funcionamiento del organismo humano, tanto en el plano físico como en el psíquico.

La mayoría de las personas han podido observar en sí mismo y en los demás, como aumenta la fatiga ante una situación comprometida o se le hace "un nudo en la garganta" al serle dada una noticia que le afecte. Para Freud: "estas y otras modificaciones que se producen en el cuerpo, son reveladoras del estado emocional en que se encuentra el individuo, siendo el resultado de la actuación de una parte del sistema nervioso autónomo o vegetativo, en el cual se distinguen el sistema simpático y el sistema parasimpático".

Ambos sistemas se componen de nervios que salen del encéfalo y la médula espinal y van a invernar a los vasos sanguíneos y otras estructuras. En un estado de normalidad psico - fisiológica actúan coordinada y armoniosamente, aunque con efectos que por lo general se contraponen.

En algunos estados provocados por causas emocionales, físicas o biológicas hay un predominio de la acción del sistema simpático, y en otros del parasimpático. El que predomine uno u otro es debido a una reacción automática que el organismo pone en marcha para defenderse de la causa que produce la alteración y así recuperar el equilibrio.

El simpático

Ejerce un papel fundamental en la situación de alarma: hace latir el corazón más deprisa, estimula el ritmo respiratorio, contrae las terminaciones arteriales existentes en la piel y mucosas, desviando la sangre hacia órganos que la necesiten en mayor cuantía, como el corazón, el cerebro y los músculos.

Los efectos mantenidos de este sistema acabarían por agotar las defensas puestas en marcha, por lo que el mecanismo defensivo, no sólo dejaría de ser útil, sino que dejaría de ser perjudicial.

El parasimpático

Viene a restablecer el equilibrio: dilata los vasos periféricos, retarda los movimientos cardiacos, disminuye la frecuencia respiratoria y relaja los músculos.

Ahora bien, las tendencias inconscientes reprimidas afloran también en varias anomalías esporádicas que perturban el curso regular y voluntario de la vida humana. El análisis permite interpretarlas y, de esta manera, resolver lo que anteriormente se consideraba efecto de un azar desgraciado, al mismo tiempo que se dispone de nuevos recursos para explorar el nivel inconsciente de la persona.

Es frecuente que muchos humoristas utilicen el procedimiento fácil de construir palabras caprichosas con el fin de que el oyente ponga en conexión automática temas u objetos que no autorizan por sí mismos una relación lógica directa.

La libre fantasía propuesta ya hace reír por ella misma, pero el efecto es mayor si el humor, sirviéndose de la ambigüedad de la imagen que suscita en el oyente o el lector, consigue liberar tensiones inconscientes que la ordenación convencional de la vida social obliga a reprimir y ocultar.

La risa que desarrolla el individuo, después de haber recibido una palabra estímulo, constituyen los métodos normales de exploración psicoanalítica del inconsciente.

Fuente : Buenasalud.com

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