4 de Mayo del 2012 - Viernes

Satisfacción

Me sumerjo en la quietud.

Donde pongo mi atención, la energía fluye. Si enfoco mi atención en lo que parece faltar, me siento menos conforme, lo cual se derrama a otras áreas de mi vida. Así que en vez de añorar lo que no tengo y pasar por alto los tesoros que ya poseo, estoy satisfecho con lo que es.

Tener acceso a la quietud de mi ser es uno de los grandes regalos en mi vida. Al utilizar mi respiración para ayudarme a dejar ir, me acerco al santuario de la quietud en mí y siento profunda satisfacción. Toda preocupación y tensión se disipan. En el refugio de este espacio interno, encuentro lo Divino. Esto es lo que mi alma anhela realmente. Una promesa infinita de paz.

No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.—Filipenses 4:11