Elijo vivir libremente.

A través de la historia, la gente ha valorado su libertad. Deseamos libertad para tomar decisiones por nosotros mismos y llevar nuestras vidas de acuerdo a esas decisiones. Doy gracias por la libertad de poder elegir por mí mismo. Estoy consciente de que mis decisiones determinan mis experiencias.

De manera que determino vivir en una conciencia de Dios. Sé que el poder de tomar esa decisión yace en mí, y no abdico mi poder. Permito conscientemente que la sabiduría y la comprensión divinas guíen mis decisiones diariamente. Soy libre para expresarme y ser la persona única que fui creada para ser. Elijo lo que es mejor para mí y mi familia, y me deleito en los frutos de la libertad.

Actuad como personas libres, … como siervos de Dios.—1 Pedro 2:16