7 de septiembre del 2012 - Viernes

Orden divino

Vivo en armonía con Dios, y mi vida está en orden divino.

Si he estado experimentando desorden en mi vida, hago que mi primera prioridad sea encontrar un momento callado con Dios. Hago a un lado cualquier preocupación para sentir, con cada fibra de mi ser, que soy uno con Dios —que soy amado y que mi vida es valiosa.

Descanso en esta comprensión hasta que se establece en mi corazón y en mi mente. Cuando tengo presente mi unidad con Dios, reconozco que mi vida está en orden divino. ¿Cómo podría ser de otro modo? El orden divino obra en toda manifestación de vida, en toda circunstancia y en todo momento. El alinearme con el orden divino establece armonía y paz en todo lo que hago. ¡Qué bueno es vivir en armonía con Dios!

Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida y la devoción.—2 Pedro 1:3