8 de octubre del 2012 - Lunes

Felicidad

Los seres humanos damos gran valor a la felicidad. Mas yo tengo presente que las circunstancias externas, los logros y las personas no pueden hacerme feliz. Mi gozo verdadero proviene de Dios. Gracias a mi Creador aprendo a amar incondicionalmente, y a ser amable y compasivo con los demás y conmigo mismo.

Acepto a todas las personas como seres espirituales que viven una experiencia humana y que siempre están en evolución. Cuando estoy consciente de mi verdadera naturaleza espiritual y la expreso, soy realmente feliz. Comparto mi alegría según aprecio el bien en los demás. Dios es amor, y la oportunidad de expresar el amor de Dios de manera única me brinda gran dicha.

Salmo 119:1

Dichosos los de conducta perfecta, los que siguen las enseñanzas del Señor.