27 de Marzo de 2017- Lunes

Al abrir mi mente a las ideas divinas mi camino se hace claro.

Cuando enfrento situaciones difíciles o necesito tomar decisiones importantes, deseo contar con una guía clara y confiable. Investigo, pregunto a los expertos o busco consejo de un amigo o familiar. Mas, a la larga, lograr la meta depende de mí. Antes de tomar acción, abro mi mente a un poder más elevado por dirección. Cuando mis ideas provienen del Espíritu divino, el resultado siempre es el correcto.

¿Cómo puedo distinguir entre las ideas divinas y los otros pensamientos? Pasando momentos en oración y meditación. Presto atención y reconozco aquellas ideas que están acompañadas de una sensación de propósito y un sentimiento de paz. ¡Sé que esas son ideas divinas! Paso a paso, mi camino se aclara. Dios me guía e inspira.

Salmo 46:10
iReconozcan que yo soy Dios!