29 de Abril de 2017- Sabado

Estoy a salvo, seguro y protegido de manera divina.

Seguro y a salvo
Como un barco que entra al puerto buscando refugio de una tormenta, yo acudo a Dios. Tengo la habilidad de cambiar mi atención del temor a la fe. Sé y confío en que ninguna tempestad puede afectar la protección que Dios provee.

Siempre estoy seguro y a salvo con Dios. Si necesito recordarlo, versos bíblicos, la oración, la meditación y el silencio son herramientas que pueden ayudarme a dirigir y mantener mis pensamientos anclados en Dios. Al permitir que mi mente se enfoque en las verdades y cualidades espirituales, mi cuerpo comienza a descansar. Mantengo mi atención en mi conexión con Dios y en la fortaleza y el amor que siempre me protegen. Aquí, con el Espíritu divino, me siento seguro y a salvo.

Salmo 46:1
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en todos los problemas