13 de Agosto de 2017- Domingo

Dejo ir y permito que el Espíritu me revele los próximos pasos.

Dejar ir
En ocasiones puede que me haya aferrado a una visión limitada de lo que pienso que es una solución perfecta. Quizás me sienta preocupado o tenga miedo de perder el control. Dejar ir y dejar a Dios actuar significa permanecer receptivo a las ideas divinas, más allá de mi perspectiva actual.

Cuando dejo ir, mi mente descansa y permito que Dios me revele los próximos pasos que he de dar. Existe un vasto océano de posibilidades más allá de lo que puedo percibir. Al orar, mantengo presente mi intención, y visualizo que el bien que deseo se manifiesta. Permanezco lleno de fe, consciente de que mis oraciones son respondidas en el momento perfecto y de la manera correcta. ¡La voluntad de Dios para mí es bien y solo bien!

Proverbios 16:3
Encomienda al Señor tus acciones, y tus pensamientos serán afirmados.