31 de Marzo de 2018- Sabado

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Luego de la crucifixión de Jesús, sus aturdidos apóstoles se sentían atribulados. Ellos no tenían idea de que estaban a punto de ser testigos de la revelación gloriosa de la divinidad en cada ser humano. Ese sábado, todo pareció haberse perdido. Todos pasamos por momentos que parecen oscuros y desesperanzadores. Pasamos tiempo enterrados en la oscuridad cuando la vida que conocemos termina y no sabemos lo que vendrá. Imagina cuán tranquilos, y hasta gozosos, hubieran estado los apóstoles si hubieran sabido que iban a presenciar cómo la muerte física sería revelada como meramente una transición hacia una nueva forma. Los discípulos tuvieron que experimentar la crucifixión para experimentar la resurrección.

Lucas 21:18
Ustedes no perderán ni un solo cabello de su cabeza.