18 de Junio del 2012 - Lunes

Perdonar

Perdono e inmediatamente experimento la gracia de Dios.

Nunca es una buena idea posponer el perdón. Por el contrario, cada vez que la posibilidad para el perdón viene a mi mente, tomo acción. Visualizo la causa de mi enojo, ofrezco una bendición y libero los sentimientos, poniéndolos en manos de Dios. Quizás necesite hacer esto muchas veces, y está bien. Cuando el perdón parece demasiado difícil, oro por gracia y fe.

Perdono circunstancias que no resultaron como lo esperaba. Me perdono por cualquier cosa que hice o dejé de hacer. Al perdonar, la compasión llena mi corazón, haciéndome más fácil perdonar la próxima vez. Cada vez que me doy cuenta que estoy aferrado a una ofensa, perdono y soy fortalecido.

Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da.—1 Pedro 4:11