19 de Junio del 2012 - Martes

Orden divino

Mi mundo es puesto en orden por medio de la actividad del Espíritu en mí.

Si las circunstancias en mi vida parecen caóticas, permito que el orden divino me inspire. Al orar y meditar, reconozco el poder del orden divino en todo lo creado. No importa lo confusas que puedan parecer las condiciones en mi vida, el poder de Dios para establecer el orden es el único poder verdadero.

Me alineo con el Espíritu divino y abro el camino para que el orden divino se manifieste en todo lo que pienso, digo y hago.

A medida que el orden divino se asienta en mi mente, los pensamientos perturbadores se aquietan y su influencia en mi vida y en mi medio ambiente cesa. La paz inunda mi corazón, la comprensión llena mis pensamientos y la armonía infunde mis relaciones personales.

A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.—Salmo 16:8