23 de Junio del 2012 - Sabado

Energía

La energía sanadora fluye en mí y por medio de mí. Soy sano.

Cuando enfrento un reto de salud recuerdo fervorosamente que el poder sanador de Dios fluye en mí. Evito malgastar mi energía preocupándome. Me veo sano y perfecto, y visualizo cada célula revitalizada con energía sanadora.

Doy gracias a cada órgano, tejido y célula por su trabajo de mantener la salud en mi cuerpo templo.

Mis pensamientos tienen poder y los enfoco en el resultado deseado. La enfermedad pierde su poder gracias a la visión que mantengo de la vida divina en mí. Así como la luz de una vela llena de luz un cuarto oscuro, la atención enfocada en la salud permite que la energía vibrante sanadora fluya por todo mi ser. Mi mente, cuerpo y espíritu responden con agradecimiento y vitalidad.

¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se angustie, añadir a su estatura un codo?—Mateo 6:27