25 de Junio del 2012 - Lunes

Gracia

La gracia de Dios es suficiente todo el tiempo y en toda circunstancia.

No necesito hacer nada para ganar la gracia. No está disponible basada en la cantidad de dinero que tengo, en mis buenas obras o en las cualidades que me redimen; tampoco es retenida basada en cómo me desempeño en mi camino espiritual.

La gracia siempre presente e ilimitada fluye a mí y por medio de mí en momentos de pesar y tribulación, así como también en los de gozo y celebración.

La gracia me envuelve en esperanza, renueva mi fe y me guía hacia la prosperidad ilimitada. Descanso en la seguridad de que la gracia de Dios es suficiente. Veo los acontecimientos de mi vida y los deseos de mi corazón desarrollándose de maneras perfectas. La gracia abunda en mí, por medio de mi y a mi alrededor.

Bástate mi gracia.—2 Corintios 12:9