26 de Junio del 2012 - Martes

Orar por otros

Oro por otros, ofreciéndoles mi fe hasta que la suya sea restaurada.

Cuando los amigos y seres queridos que están lejos enfrentan circunstancias difíciles, quizás me sienta impotente para ayudarlos. La verdad es que siempre puedo hacer algo: orar. Oro por otros, y si su fe ha sido debilitada, los invito a que se apoyen en la mía. Soy una creación de Dios y Su fortaleza y paz moran en mí

Al orar, invoco a la única Presencia y el único Poder. Tengo fe en el poder de Dios para mover montañas, y las montañas de las preocupaciones se disuelven en la paz. Confío en que mis seres queridos están tiernamente al cuidado de Dios. Estamos envueltos en luz y amor. La Presencia serena en nosotros nos asegura que todo está bien.

Orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro y completemos lo que falte a vuestra fe.—1 Tesalonicenses 3:10