22 de abril del 2012 - Domingo

Tierra bendecida

Me maravillo por las bendiciones abundantes de la Tierra.

El espíritu amoroso de Dios infunde cada átomo de la creación. Hoy aprecio y reconozco la inmensa variedad y belleza de la naturaleza: un copo de nieve, un grano de arena, un glaciar; un camaleón lleno de color, el ruido del trueno, el sonido de la ola que llega a la playa, la vista impresionante de un águila en vuelo.

Desde la semilla más pequeña hasta el árbol más alto, nuestra Tierra bendecida revela la expresión infinita de Dios. Hoy acojo con alegría las bendiciones de este maravilloso planeta. Al estar consciente de que Dios está conmigo y en todas partes, un aprecio profundo surge de mi interior por toda la vida. Amo la vida de Dios que se expresa de manera tan abundante en mí y a mi alrededor.

Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.—Santiago 5:18