3 de Julio del 2012 - Martes

Dejar ir

Dejo ir y permito que Dios me lleve hacia mi mayor bien.

Todos encontramos altibajos en el sendero de la vida. Cómo respondo a ellos determina cuán efectivamente superaré cada desafío.

Puedo dar paso a la guía del Espíritu divino al dedicar tiempo al silencio de la oración. Suelto toda carga de preocupación o lucha, y entrego todas mis preocupaciones a Dios. Al dejar ir no estoy abdicando mi libre albedrío. Más bien estoy afianzando y haciendo uso de mi fe. Utilizo mi libre albedrío para alinearme con la voluntad divina, la cual es siempre para mi mayor bien.

Sin importar dónde me encuentre en mi sendero espiritual, a medida que dejo ir y le entrego todo a Dios, los obstáculos se desvanecen. Dejo ir y permito que Dios me lleve hacia mi mayor bien.

Los que te conocen, confían en ti.—Salmo 9:10