La paz en el mundo comienza conmigo.

La paz mundial comienza conmigo, aquí y ahora. Al mantener una visión de paz, busco cómo contribuir a un mundo pacífico. Todos merecemos ser aceptados y tratados con compasión y respeto.

A medida que ocurren cambios en mi vida, estoy atento a mis sentimientos y los honro, y me doy permiso de moverme a través de ellos sosegadamente, y permito que los demás hagan lo mismo.

Cuando alguien conocido está enojado o alterado, respeto su proceso. Si encuentro que estoy juzgando, modifico mis pensamientos y respuestas. Soy bondadoso, pacífico y compasivo para con los demás y conmigo mismo. La paz mundial comienza conmigo.

Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos y a los que estáis cerca. —Efesios 2:17