24 de julio del 2012 - Martes

Poder

Escojo palabras que avivan mi poder.

Si me preocupan las circunstancias del futuro, o dudo que pueda disfrutar en el presente del bien que deseo, hago una pausa para recordar que soy responsable por mis pensamientos y palabras.

Lo que pienso, ¿es negativo y me lleva a la preocupación o es edificante y me brinda poder? ¿Honro el amor de Dios en mí o doy cabida a la duda? Puedo escoger; y elijo dirigir para bien el poder que tienen mis pensamientos y palabras.

Conscientemente, determino pensar y hablar palabras de Verdad y gratitud en todo momento. Al hacerlo, mis preocupaciones se disipan y mi fe se fortalece. Cambio mi conciencia y avivo mi poder al irradiar esperanza y ofrecer inspiración a los demás.

Cuando te llamé, me respondiste, y mi alma desfallecida se llenó de vigor.—Salmo 138:3