Confío en mi guía interna y prosigo con confianza.

Las señales de tránsito como Pare, Ceda el paso y Paso de trenes dan instrucciones para ayudarnos a transitar por la carretera. Pero la guía divina proviene de nuestro interior. Surge como un sentimiento, un instinto, un pensamiento que se repite o una impresión. La guía interna puede surgir como un amanecer de conciencia o como un relámpago súbito de comprensión.

Para avivar la guía divina, me convierto en un observador espiritual. Aprecio el mundo a mi alrededor y en mí. Por medio de la oración logro una comprensión profunda, un sentimiento de seguridad que me proporciona paz. Con gratitud y anticipación positiva, sigo mi guía interna.

A su paso cambiaré en luz las tinieblas, y allanaré los caminos torcidos. Todo esto haré por ellos, y no los desampararé.—Isaías 42:16