1 de septiembre del 2012 - Sábado

Dejar ir

Dejo ir y permito que Dios obre en mí y por medio de mí.

Perseverar es útil cuando deseo lograr un objetivo en particular. El poder de mi mente y mi cuerpo me ayudan a tener éxito. Mas utilizo el discernimiento divino para saber cuándo insistir y cuándo dejar que las cosas fluyan por sí mismas.

Dejo ir y permito que Dios obre en mí y por medio de mí, guiándome a las acciones y los resultados correctos. A veces tomo las riendas y persevero, mas otras, permito que los acontecimientos fluyan por sí mismos. Entregarme a Dios hace que esté receptivo a un fluir de ideas, sustancia y vida divinas. Encuentro que la fortaleza interna conserva mi energía y me inspira a lograr mis metas. Al dejar ir y dejar a Dios actuar, vivo con facilidad y gracia, logrando lo que debo lograr.

Yo no actúo por medio de un ejército, ni por la fuerza, sino por medio de mi espíritu.—Zacarías 4:6