La Pareja en la Madurez

amor edad adultadLa madurez en la pareja es una madurez que no se encuentra, sino que se construye. Cuando dos personas se encuentran, al principio están convencidas de que estarán siempre juntas, pero esa convicción está ligada a sensaciones, emociones, esa convicción es el enamoramiento, que quiere decir inversión emotiva... sin embargo la capacidad de estar bien juntos está ligada al tiempo y al trabajo que se hace juntos.

 

Una de las peores crisis suele coincidir con el umbral de los 50 años. El conocimiento debe renovarse continuamente, en continua transformación. Es preciso que el hombre y la mujer se cuenten continuamente el uno al otro su propia vida de manera que el otro la pueda comprender, entender, acoger continuamente.

Entonces el amor será continuo asombro, maravilla, descubrimiento de la unicidad e identidad del otro, de la belleza y profundidad de su corazón donde los años de matrimonio no han sido una carga sino momentos llenos de felicidad y adversidad que se superan en el transcurso del tiempo.

Cuando se quedan solos

En primer lugar, los hijos empiezan a abandonar el hogar; lo que durante años había sido una rutina, desaparece súbitamente: ni desayunos en familia, ni ruidos, conversaciones ni discusiones. Y aunque este hecho afecta a muchos padres, son las madres las que sufren más la separación.

El hombre acepta mejor la marcha de los hijos, pero para él también representa un duro momento que se acrecienta ante la falta de nuevas expectativas laborales y puede coincidir también con la pérdida del cabello o con algún fallo en su vida sexual.

Cambios fisiológicos

La llegada precedente de la menopausia, provoca una serie de cambios hormonales que suelen perturbar enormemente a la mujer; estas transformaciones deben ser entendidas por la pareja. Del mismo modo, las mujeres deben tratar de ser tolerantes con los cambios que sufren sus compañeros, que también padecen una pequeña revolución, como la disminución de sus niveles hormonales en aquellos varones que superan la barrera de los 50.

El hombre necesita sentirse de nuevo joven y la mujer, por su lado, se vuelve más exigente e inconformista en la búsqueda y acomodamiento en este nuevo lugar, en el que continúa siendo madre, pero a la vez dispone de más tiempo para dedicarse a ella y a su pareja.

Estas transformaciones, acompañadas por la pareja, pueden llevar a un mayor conocimiento de ambos y hacerlos aún más complementarios. Si es así, probablemente a partir de entonces vivirán algunos de los mejores años de la vida en común.

No existen reglas de oro para disfrutar la vida en pareja después de los 50, pero nunca es tarde:

-No hay que perder la imaginación y hacer como si la relación hubiera comenzado ayer.

De esta forma pueden suceder cosas imprevistas y deliciosas.

-Es necesario hacer proyectos en común; no dejarse llevar por la rutina, el desgano, la monotonía.

-No dejar de cortejar a su pareja y dejarse cortejar por ella.

-Cada día es posible descubrir algo que aún no sabía de su pareja. Hay que estar alerta.

-Más vale pasar menos tiempo juntos que aburrirse .

Las horas que se dedican a la pareja son de gran valor y hay que sacar de ellas todo el provecho posible.

-Puede que las relaciones sexuales disminuyan, pero... ¿y la imaginación?

-Y bajo ningún aspecto descuidar el aspecto físico. Cuanto más se envejece, más importan ciertos detalles. La madurez de pareja debe ser de manera satisfactoria y productiva es continuar una vida llena de sentimiento y comprensión siendo una sensación que perdura con ternura, amor y gratitud...

Fuente : Familiadigital