20 de Junio de 2013 - Jueves

La paz en la tierra comienza conmigo.

Paz mundial
Las palabras de un himno religioso me recuerdan que juego un papel importante para la paz mundial: “Que haya paz en la tierra, y que comience conmigo”.

Primeramente he de tratarme con amor y compasión. Al perdonarme y dejar ir la necesidad de ser perfecto, juzgo menos a los demás. Al aceptar a los demás y a mí mismo, reconozco y aprecio nuevas perspectivas.

Estimo la gran diversidad de individualidades.

Aunque nos expresemos de distintas maneras –mediante nuestros puntos de vista, lo que nos gusta y lo que no nos gusta– estamos interconectados. Somos uno. Al abrir mi corazón a la aceptación y al aprecio, contribuyo a la paz mundial.

–Romanos 15:5
“Y Dios, que es quien da constancia y consuelo, los ayude a ustedes a vivir en armonía unos con otros, conforme al ejemplo de Cristo Jesús”.