04 de septiembre de 2015- Viernes

Me centro en la calidad de mis experiencias.

Calidad
El gozo verdadero no yace en la cantidad, sino en la calidad de las experiencias de mi vida. Tomar parte en demasiadas actividades –aunque sean divertidas– puede dejarme agotado. Siento satisfacción cuando hago menos cosas pero las hago con amor.

Comienza mi día en oración. Hago a un lado, sin sentimiento de culpa, cualquier tarea que no sea esencial. Al enfocar mi atención en lo que es realmente importante, me conecto de corazón con los demás. Noto la belleza de mis alrededores. Disfruto de mis comidas. En vez de ir de una actividad a otra sin descanso, me deleito en cada momento de mi existencia. Estoy consciente de Dios en todo lo que hago.

Lucas 17:21
“El reino de Dios está entre ustedes”.