Estoy protegido y a salvo porque Dios siempre está conmigo. Esto no significa ponerme en peligro deliberadamente. No lo hago porque Dios obra por medio de mí para inspirarme y dirigir mis acciones. Utilizo la oración para alinear mi mente con la verdad de la protección de Dios. La oración ferviente me conecta con esta verdad y permite que la presencia de Dios me llene con un sentimiento y una experiencia de paz. A pesar de cualquier apariencia en el mundo físico, sé que estoy seguro en el Espíritu Santo
Salmo 40:11
¡Permite que siempre me acompañen tu misericordia y tu verdad!