Prosperidad
APRECIO LA PROSPERIDAD AQUÍ Y AHORA.
No hay lugar más bendecido que donde estoy ahora, y no hay tiempo que contenga más bien que éste. Recuerdo esta verdad cuando me sienta tentado a añorar mi prosperidad pasada y a fantasear con prosperidad futura. Este es el momento y lugar correctos para la abundancia de bien.
Decido afirmar prosperidad aquí y ahora. Valoro la opulencia de la creación y noto que las riquezas de Dios fluyen donde quiera que miro. Aprecio la abundancia que existe ahora y abro mi corazón a nuevas bendiciones.
Tomo tiempo para apreciar la maravilla y las posibilidades de cada momento. Mientras más me comprometo con una vida próspera, más bendecido y próspero soy.
Como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el momento da su fruto, y sus hojas no se marchitan. ¡En todo lo que hace, prospera!—Salmo 1:3