Puedo esforzarme para tratar de evitar sentimientos que no son placenteros. Sin embargo, lo asombroso es que estar atento a lo que dichos sentimientos suscitan en mí, es la clave para abrirme más plenamente al gozo y sanar.

Aceptar y explorar cualquier sentimiento de melancolía, rabia, tristeza o entusiasmo, nos permite comprendernos mejor. Nos lleva a descubrir por qué nos sentimos como nos sentimos y puede ayudarnos a expandir nuestros horizontes y mejorar nuestra calidad de vida.

Hoy hago a un lado cualquier resistencia y abrazo mi camino por completo. Cuando la luz del entendimiento nace, la oscuridad de los retos se desvanece. Me sereno, siento paz y doy la bienvenida a mi gozo.