Curación
El amor puro de Dios se mueve en mi mente y cuerpo siempre sanándome y restaurándome.
Centro mi atención en lo que el amor de Dios hace ahora al dirigir las funsiones de mis células y órganos para que todo esté en orden perfecto.
El amor de Dios es poder creativo y regenerador que surge por medio de mi cuerpo.
Oleada tras oleada de actividad sonadora arastra todas las impurezas y me renueva.
La curación tiene lugar cuando estoy depierto y activo, cuando descanso y duermo.
Tengo fortaleza mientras realizo mis actividades. Estoy en paz al acostarme a dormir.
El amor divino tiene el poder de laiviar todo dolor y eliminar toda incomodidad, de renovar mi mente y sanar mi cuerpo.
A cada momento, el amor de Dios me transforma en una expresión mayor de vida y salud.
Fuente : La Palabra Diaria