¡Aquí estoy Dios!
Dios conoce mejor que yo las intenciones de mi corazón. En mis oraciones, utilizo mis palabras como afirmaciones positivas de mi vida que refuerza mi espíritu:
"Aquí estoy, Dios, listo para caminar en tu presencia; respirar el dulce aroma de la naturaleza; vivir en paz y armonía con todas tus creaciones, como fue tu intención.
“Dios, te ofresco el regalo de servirte y servir a todo lo que has creado”.
“He aquí mis manos. Guíame a ofrecer apoyo firme a un adulto. He aquí mis ojos. Revélame la verdad que siempre está presente en cada situación. He aquí mis oídos. Enseñame a escuchar al mundo a mi alrededor para aprender de los demás y comprederlos.
“Aquí estoy Dios, listo para bendecir al mundo de maneras que me son únicas”.