01 de Marzo de 2020- Domingo
Sanar
YO SOY VIDA, LA VIDA RADIANTE DE DIOS.
Si estoy experimentando una enfermedad o sintiendo dolor debido a una lesión, recuerdo que la salud es mi estado natural. No mantengo mi enfoque en síntomas ni enfermedades; en vez de ello, tengo presente que yo soy una expresión viviente de Dios, creada a Su imagen y semejanza. La vida divina es mi herencia y mi realidad.
Al orar, alineo mis pensamientos, sentimientos y emociones con el poder de la vida. A medida que oro más profundamente, todo dolor y sentido de enfermedad se disipan en la nada. Con una visión inspirada en la fe, puedo percibir cómo la energía de vida fluye por todo mi cuerpo, renovando mi vitalidad y salud.
¡Cada célula de mi cuerpo irradia el poder de la vida!
Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.—Juan 10:10