Mi vida comprende muchos aspectos: familia, trabajo, pasatiempos y prácticas espirituales. Cada día estoy consciente de hacer de mi cuidado personal una prioridad, prestando atención a mis necesidades emocionales, mentales, físicas y espirituales. De esa manera, mis obligaciones diarias están en balance. Gracias a ello, doy lo mejor de mí.

Si descuido partes de mí mismo, puede que me sienta fuera de equilibrio. En estos momentos, me dirijo a Dios en mí. Al nutrir cada atributo de mi ser, experimentaré un mayor sentido de armonía respecto a emociones, pensamientos y experiencias. Sustento todos los aspectos de mi ser y llevo una vida equilibrada.

Miqueas 6:8 El Señor ya te ha dicho … en qué consiste lo bueno y qué es lo que él espera de ti: que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas humildemente a tu Dios.—Miqueas 6:8