Dios es mi recurso y mi ayuda.

Nunca me faltan medios de apoyo. La información y las ideas vienen a mí por medio de expertos, gente en mi comunidad, amigos y familiares. Sin embargo, éstas son expresiones externas de la Fuente de mi provisión. Dios en mí es mi Fuente verdadera, y la mejor manera de tener acceso a ella es por medio de la oración.

La oración es mi canal para la sabiduría omnisciente de Dios. Al orar, recibo ideas divinas que me guían a lo que necesito. Si tengo dudas acerca de mis decisiones, me dirijo a mi interior en oración. El orar enfoca mi atención en Dios y hace que esté receptivo a Su inspiración. Con mi atención centrada en el Espíritu divino, tengo recursos y sabiduría ilimitadas —soy guiado a mi bien.

Tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás.—Salmo 31:3