4 de septiembre del 2012 - Martes
Relaciones personales
Mi corazón se llena de gratitud cuando considero las relaciones personales que enriquecen mi vida.
Tengo familiares y amigos que son mis compañeros y con quienes comparto
un vínculo duradero a nivel de alma.
Celebramos, lloramos y nos abrazamos unos a otros en el gozo y en el dolor.
También siento gratitud por mis conocidos –el dependiente de la tienda que me pregunta cómo me va, el veterinario que se ocupa de mis mascotas, el vecino que orgulloso me muestra fotos de sus nietos–, todas son relaciones personales valiosas.
Interactuar con los demás ofrece un canal significativo y gratificante para el crecimiento espiritual.
“Y el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir”. Romanos 15:5