13 de septiembre del 2012 - Jueves
En el principio “creó Dios los cielos y la tierra.” Los seres humanos —creados a la imagen y semejanza de Dios— son creativos por naturaleza. Nuestros pensamientos traen a manifestación lo que mantenemos en la mente. Al pedir, recibo. Cada pensamiento tiene poder y potencial creativos. Cuando pido, enfoco mi atención en Dios en mí, y dejo ir. Al darlo por hecho en la mente de Dios, prosigo con fe.
Si me preocupo o miro hacia atrás, pido a un compañero de oración que ore conmigo para que me ayude a visualizar el cumplimiento de mi deseo. Siento gratitud por el proceso creativo de Dios y por oración contestada. ¡Pido y se me da!