18 de enero del 2013 - Viernes
Cuando mi conciencia está llena de amor, no hay lugar para el temor. El poder del amor de Dios me protege de la duda y de la negatividad. Soy una creación preciada de Dios. Siento Su presencia en mi corazón y en mi mente. El amor divino es mi protección. Con confianza, me convierto en un canal abierto por medio del cual el amor de Dios fluye. A medida que el amor divino me envuelve y me libra de temor, me siento protegido y recibo la seguridad de bienestar continuo.