29 de enero del 2013 - Martes
Soy libre
El permitirme sumirme en la preocupación, la duda, el temor o la indecisión agota mi energía y me deja sintiéndome desvalido. Pero no soy desvalido; soy poderoso y libre, a medida que acepto la libertad que el Espíritu me ofrece. La libertad mora en mí. Es mía para reclamarla. Con energía, valor y apoyo divino, avanzo libremente para lograr mis metas. Sentirme libre es una elección. Significa elegir mantener mi intención y atención en el poder de Dios en mí. Significa apartarme de cualquier influencia negativa que pueda detenerme. Elijo el poder de la liberación, y me emociona saber que puedo lograrlo todo gracias a la libertad del Espíritu en mí. Moro en el espíritu de Dios, ¡y soy libre!
—Salmos 119:32. Quiero seguir la senda de tus mandamientos, porque tú le das libertad a mi corazón.