24 de febrero del 2013 - Domingo
Orden divino
En la mente de Dios, el mundo está en perfecto orden. Cuando una parte de mi vida parece caótica, la transformo al verla correctamente.
Bajo cada desorden aparente está el orden espiritual, listo para ser manifestado por medio de la oración centrada y la acción apropiada. Al orar, alineo mi mente con la mente divina.
Dios es el único poder y la única presencia –la energía divina en todas las personas y situaciones–. En esta conciencia, me doy cuenta de que hasta mis “enemigos” son seres divinos capaces de la transformación.
Gracias a la conciencia espiritual, discierno el orden divino subyacente en el universo. ¡En armonía con Dios, transformo mi mundo con cada pensamiento, palabra, acción y oración!
1 Corintios 14:40