21 de Abril de 2013 - Domingo
Dejar ir
Dejo ir mis preocupaciones y confío en Dios
A veces, quizás me aferre tan fuertemente a la preocupación que todo mi cuerpo se pone tenso. Cuando mi mente reacciona a un problema con temor, busca incesantemente una respuesta. Pero existe una manera más fácil: Dejar ir y sosegar mis pensamientos. Respiro profundamente y suelto las preocupaciones. No tengo que solucionar las cosas por mí mismo, sintiéndome separado de Dios.
Por el contrario, permanezco en el fluir del amor y la guía de Dios. A acceder a la sabiduría infinita, la vida perfecta y la fortaleza interna, satisfago cualquier necesidad que surja en mi vida. Aun cuando pienso que no hay manera. Dios me revela una cuando me sosiego y estoy a tono con su guía. Confío en Dios y avanzo con confianza.
"En Dios he confiado. No temeré". —Salmo 56:11