02 de Julio de 2013 - Martes
¡Estoy receptivo a la vida, y la vida me responde!
Receptivo
Cuando estoy receptivo a la vida, esta me responde. Comienzo por examinar mis pensamientos y mis actitudes. ¿Pienso que la vida me está dejando atrás? ¿Siento que nadie me necesita, que no soy importante? Si es así, dejo ir tales pensamientos y sentimientos. Nunca es demasiado tarde para expandir mis horizontes, para participar más plenamente en la vida.
Si mi vida se ha convertido en una rutina o he rechazado nuevos intereses o amistades, determino cambiar. Salgo de mi coraza y me convierto en un participante vibrante de la vida. Tengo mucho que dar a la vida, y esta tiene mucho que darme. Dios me alienta a expresar más amor, más gozo y más entusiasmo. Respondo diciendo ¡sí!
–Ezequiel 18:31
“Háganse de un corazón y un espíritu nuevos”.