03 de Julio de 2013 - Miércoles
Mis dones son parte esencial de la armonía divina.
Armonía
El día que nací, traje una canción única al mundo. Una canción que solo yo puedo expresar –una manifestación divina esencial para la unidad que compartimos. No podemos terminar un rompecabezas a menos que tengamos todas las piezas y no podemos completar una melodía a menos que tengamos todas las notas.
Si no expreso mis talentos, la armonía del mundo está incompleta. Si trato de copiar a alguien, creo que falta de armonía en mí. El Espíritu nos ha bendecido a todos con dones, y yo celebro los míos. Nadie tiene mi sonrisa, mi gozo, mi amor y mi compasión. Al compartir partiendo del espíritu, encuentro que no falta nada. Doy libremente y en armonía con el bien que Dios provee para todos nosotros.
–1 Corintios 12:7
“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para el bien de todos”