09 de Julio de 2013 - Martes
Confío en el Espíritu morador de Dios.
Orar por otros
Cuando un amigo o un familiar sufre, quizás desee poder cambiar su circunstancia, ofrecerle un nuevo comienzo o liberarlo de un hábito destructivo. Mas he de elevar mi amor y cuidado por encima de lo personal, ver más allá de cualquier problema y poner mi fe en Dios, Quien mora en todos.
Oro sabiendo que mi ser querido está al cuidado amoroso de Dios y que es bendecido por Su vida sanadora. Concluyo mi oración con la afirmación: Hágase Tu voluntad. No me apego a una solución específica, sino que descanso en la seguridad de los resultados y el tiempo divinos. Al orar por otros, les doy un regalo personal y poderoso –una expresión de mi fe en ellos, en el espíritu de Dios y en el poder duradero de la oración.
–1 Tesalonicenses 5:17-18
“Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo”.