25 de Julio de 2013 - Jueves
Amo y acepto a los demás, y me acepto a mí mismo.
Aceptación
Las personas tienen diferentes formas y tamaños, y cada una posee sus propios valores, ideas y costumbres. Mas cada ser humano es una creación única de Dios con belleza interna y potencial divino. Aunque las palabras y acciones de una persona a veces puedan oscurecer su naturaleza verdadera, esta siempre está visible a los ojos del amor.
Yo también soy una luz única en el mundo: una luz encendida por el espíritu y alimentada por Su amor en mí. Nada puede extinguir mi luz. Cuando los retos surgen, los acepto como escalones hacia una mayor conciencia del viaje de mi alma y del poder de Dios en mí. Cada uno de nosotros es único, digno de amor y merecedor de bien.
–Proverbios 4:10
“Atiende a mis palabras, hijo mío, hazlas tuyas y aumentarán los años de tu vida”.