En oración, soy uno con la Mente Divina.

Oración
La oración es una experiencia sagrada; un tiempo para comulgar con Dios. Al ir a mi interior me alineo con la paz y el poder de Dios. Tal vez ore solo o con otros en un círculo espiritual. Mi oración puede ser un “gracias” sencillo o un rito elaborado. Puede ser silenciosa o audible. Sin importar cómo y dónde se lleve a cabo, orar centra mi atención en la presencia de Dios. Atesoro mi tiempo de oración porque me ayuda a abrir mi mente, ejercitar mi fe y vincularme con la Mente Divina. Gracias a la oración mi perspectiva se expande. Veo más allá de las situaciones del momento al poder sagrado que obra en mi vida. La oración cambia mi mente y mi corazón y me lleva a una experiencia de unidad con Dios.

–Salmo 54:2
“Dios, oye mi oración; escucha las razones de mi boca”.