31 de Agosto de 2013 - Sábado
Soy uno con la Presencia divina, y todo es posible.
Puede parecer que una situación es imposible o que un problema no tiene solución, mas sé que con Dios lo imposible se convierte en posible. El abrir mi corazón y mi mente a la presencia de Dios, aumenta mi conciencia del potencial divino presente en toda manifestación de vida. La Presencia trasciende cualquier apariencia de escasez o limitación.
Me vinculo con Dios en oración y meditación, donde la plenitud de la vida se hace clara. Mi imaginación y mi fe me permiten ver las posibilidades más allá de cualquier apariencia. Mi sabiduría y mi voluntad me capacitan para darme cuenta de nuevas posibilidades y manifestarlas. Uno con la Presencia divina, acojo mi potencial ilimitado y los resultados correctos surgen.
–Mateo 19:26