10 de Mayo de 2014 - Sabado
La compasión me inspira a amar sin límites.
Compasión
Cuando alguien que conozco lucha con una circunstancia de la vida, mi corazón es movido a la compasión. Quizás ofrezca ayuda y apoyo o sencillamente lo mantenga en mis oraciones.
El amor de Dios en mí me inspira a amar sin límites a los demás.
Al cultivar la compasión, me conecto con mi humanidad. Al explorar mis propias necesidades, comprendo que estas son universales. Las cualidades que deseo para mi vida, los demás también las desean. Toda persona necesita seguridad, amor, familiares y amistades, oportunidades para prosperar y una sensación de bienestar.
La compasión me anima a actuar con bondad y, al amar más a mis congéneres, soy el amor de Dios en acción.
Efesios 4:32
“Sean bondadosos y misericordiosos”