13 de Mayo de 2014- Martes
Reconozco un mundo rico en oportunidades.
Digno
El universo rebosa con bendiciones y regalos que desean compartir conmigo, ¡y merezco aceptarlos! No necesito cargar con culpa, vergüenza o sentimientos de indignidad.
Desisto de prácticas y modos de pensar que impidan mi bien. Reemplazo la charla negativa por confianza y amor propio, y mis dudas se disipan.
Cuando me acepto tal como soy, me doy cuenta de mi naturaleza divina y aprecio mi valor. Sé que tengo un lugar en este mundo que nadie más puede llenar. Me doy permiso para recibir todos los regalos y todo el apoyo que el universo desea darme. No merezco nada menos que grandeza.
1 Tesalonicenses 2:12
“Les hemos recomendado vivir con dignidad ante Dios, que los llamó a su reino y gloria”.