21 de Mayo de 2014- Miercoles
Enfoco mis pensamientos en el bien y recibo abundantes bendiciones.
Bueno
En Génesis, Dios llamó buena a toda la creación. El bien está presente por doquier. Podemos comparar el bien de Dios a la electricidad. Aun antes de ser descubierta, la electricidad ya existía; aun antes de descubrir todo el bien en nuestras vidas, este ya está presente. El bien existe lo veamos o no. Verlo y traerlo a manifestación requiere atención, imaginación y fe.
Como cuando uso un interruptor para encender las luces, dirijo mi atención a lo bueno. Al apreciar mis bendiciones, atraigo experiencias positivas a mi vida. Enciendo la luz del Espíritu en mí y en los demás. Los regalos de Dios están disponibles para mí, y estoy dispuesto a recibirlos. Cuando enfoco mi atención en el bien, este aumenta.
2 Corintios 9:8
“Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia”