22 de Mayo de 2014- Jueves
El amor es mi vínculo sagrado con todo.
Así como el sol tiene poder para calentar el suelo y suscitar la vida de una semilla, el amor divino tiene poder para transformar mi vida para bien. Diariamente voy a mi interior para experimentar el regalo del amor en mí. Cierro los ojos, permito que mi mente se aquiete y sigo lentamente mi respiración hasta el centro del corazón. Dirijo mi atención a la presencia del amor divino. En esta presencia, me calmo, me centro y siento paz. Estoy en unidad con lo divino. Después de un tiempo en el silencio, regreso a mis actividades diarias lleno de paz y amor, los cuales expreso mediante acciones y palabras compasivas. Gracias al amor comparto mi vínculo sagrado con los demás.
Juan 15:9