7 de Junio de 2014-Sabado
Los momentos callados de contemplación restauran mi alma.
Restaurar
Al leer estas palabras, entro en un espacio de contemplación. Hago una pausa de las actividades del día, aquieto mis pensamientos y enfoco mi atención en estas ideas. Mi respiración se vuelve más lenta y mi cuerpo descansa.
Este tiempo aparte es como un valle secreto anidado entre cimas escarpadas, un lugar para la renovación y el descanso. Durante estos momentos, hago a un lado cualquier exigencia. Estoy en paz. Si añoro más simplicidad en mi vida, comienzo por hacer espacio para la contemplación.
Aparto momentos en mi rutina diaria para estar en comunión con mi Espíritu interno. Este acto sencillo me ofrece abundantes beneficios. Encuentro restauración y paz.
Salmo 23:2-3
“Junto a aguas de reposo me pastoreará mi alma