26 de Junio de 2014-Jueves
Vivo en la luz de Dios.
Luz
La luz del sol que me despierta en una mañana de verano es brillante y estimulante. Su fulgor me llama a un día de posibilidades infinitas.
La luz moradora de Dios es constante. Me lleva hacia mi mayor bien, proveyéndome dirección cuando no estoy seguro de qué hacer. Para encontrar esta luz interna, centro mi mente y mi corazón en el amor de Dios, y mi camino se aclara. Dios es mi luz, mi fortaleza y mi esperanza.
Confío en que la luz divina me despierta a pleno potencial. Con ella resplandeciendo en mi vida, soy fuerte y tengo confianza. Vivo en la luz de Dios, y cada día es como un día esplendoroso de verano en el cual todas las cosas son posibles.
2 Samuel 22:29
“Tú, Señor, eres mi luz; tú, Dios mío, alumbras mi oscuridad”.