01 de Agosto 2014- Viernes
Honro mi naturaleza eterna al vivir con entusiasmo y gratitud.
Sin edad
La esencia de mi ser no tiene edad. La chispa de divinidad en mí es eterna. Existió antes de mi nacimiento y continuará, aun más allá de mi cuerpo físico.
¡Qué bendición recibo al saber que esta parte de mí, que es la más real, es por siempre fresca y vibrante! Según atesoro recuerdos, sabiduría, crecimiento espiritual y una cantidad de lecciones aprendidas a lo largo de mi vida, comprendo que mi naturaleza fundamental permanece sin edad.
No importa cuál sea mi edad cronológica, mi espíritu es tan nuevo como un capullo. Me visualizo en el fluir de todo lo que Dios es. Honro mi naturaleza eterna al vivir este día con entusiasmo y gratitud.
Ezequiel 47:12
“Sus hojas nunca caerán ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario”.